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La producción y la gestión de la energía son el núcleo de los deportes de resistencia. Su cuerpo tiene tres sistemas de energía principales que le permiten poner la potencia en los pedales: aeróbico, anaeróbico y neuromuscular. En esta introducción a los diferentes sistemas de energía, cubriremos cómo producen energía, en qué se diferencian y por qué son esenciales.
El ATP o trifosfato de adenosina es una molécula que las células utilizan para obtener energía. Producido por las mitocondrias de las células, el ATP libera la energía almacenada que alimenta el cuerpo. Cuanto más ATP pueda producir tu cuerpo, mayor será tu rendimiento en el ciclismo.
Cada sistema energético produce ATP de diferentes maneras, según la rapidez con la que las células necesitan energía. La buena noticia es que puedes entrenar cada sistema energético. Con el entrenamiento estructurado adecuado, el cuerpo se vuelve más eficiente y eficaz en la creación de ATP.
El sistema energético aeróbico es la superestrella del ciclismo y proporciona la mayor parte del ATP del cuerpo. El sistema aeróbico es el más lento en la creación de ATP y alimenta los esfuerzos de más de un par de minutos. A través del ciclo de Krebs (también denominado ciclo del ácido cítrico), el cuerpo produce ATP utilizando oxígeno y glucosa o ácidos grasos.
El ciclismo es una forma estupenda de desplazarse, hacer ejercicio y ver la belleza que ofrece Victoria. Ya sea para ir al trabajo o para disfrutar de una de las espectaculares rutas ferroviarias de Victoria, la bicicleta es cómoda, asequible y buena para ti y para el medio ambiente. La bicicleta es un medio de transporte sostenible, alimentado por energía renovable o regenerada -la energía de las piernas- en lugar de recursos naturales finitos.
Las personas que montan en bicicleta son más activas que las que no lo hacen, lo que reduce el riesgo de padecer una serie de enfermedades, desde la diabetes hasta la depresión. El aumento de la aptitud cardiovascular, la fuerza y la flexibilidad, la movilidad de las articulaciones y la mejora de la postura y la coordinación son sólo algunos de los beneficios del ciclismo. Los ciclistas también son menos propensos a sufrir insomnio y a tener una mayor concentración.
El uso de la bicicleta reduce los gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático y, por tanto, mejora la calidad del aire. La bicicleta también reduce nuestra dependencia de los preciosos recursos naturales para construir y alimentar los coches, y el terreno que utilizamos para la infraestructura de carreteras y aparcamientos.
¿Qué tienen en común encender un interruptor de la luz y correr una milla? Ambas actividades requieren energía. La energía es la capacidad de realizar un trabajo, y los tipos de energía utilizados dependen del objeto que realiza el trabajo. ¿Cuáles son los diferentes tipos de energía? Sigue leyendo para conocer los 10 tipos diferentes de energía en el mundo físico, divididos en formas potenciales y cinéticas.
Cuando la energía se almacena en un objeto, tiene el potencial de ser utilizada. Por eso se llama energía potencial. Piensa en un corredor que espera en la línea de salida de una carrera. La tensión de sus músculos es energía potencial antes de que suene el silbato para comenzar la carrera. Hay dos tipos principales de energía potencial, aunque cada tipo de energía tiene una forma potencial.
Cuando un objeto se mantiene en posición vertical, tiene energía potencial gravitatoria. La cantidad de energía que almacena tiene que ver con la masa del objeto y su altura. Los objetos más pesados tienen más energía potencial, al igual que los objetos más altos. Algunos ejemplos de energía gravitatoria son:
Millones de personas en todo el mundo utilizan la bicicleta por diversos motivos. La gente va en bicicleta para hacer ejercicio, desplazarse al trabajo, entregar paquetes, competir en carreras o simplemente montar por diversión. Montar en bicicleta puede parecer fácil para algunos, pero en realidad es muy complejo. Tanto el ciclista como la bicicleta desempeñan un papel integral en el proceso, que en realidad es más una ciencia que un arte. Entonces, ¿cómo hace exactamente este objeto de dos ruedas para llevarnos del punto A al punto B?
Las bicicletas convierten la energía creada por nuestro cuerpo en energía cinética. La energía cinética es «una propiedad de un objeto o partícula en movimiento y depende no sólo de su movimiento sino también de su masa» (Enciclopedia Británica). Si se realiza un trabajo, que transfiere energía, sobre un objeto aplicando una fuerza neta, el objeto se acelera y, por tanto, gana energía cinética. Una bicicleta puede convertir hasta el 90% de la energía y el movimiento de una persona en energía cinética. Esta energía se utiliza para mover la bicicleta. El equilibrio y el impulso del ciclista ayudan a mantener la estabilidad de la bicicleta mientras se desplaza por un camino.